Si a los adultos nos cuesta los cambios y la adaptación, entonces imagina a los niños. En general, el momento de mudanza puede estar muy cargado de estrés, pero esto no tiene que incluir a los pequeños de la casa, si realizas algunas acciones.
¿Qué tener en cuenta?
Las mudanzas con niños pueden hacernos sentir tristes o furiosos y en los niños puede ser totalmente similar.
Controlar las emociones no es oportuno, más bien intenta cultivar la confianza en los pequeños y que puedan expresar sus emociones, incluso si son negativas.
Los adultos tenemos una potente influencia en los niños, por lo que es importante trabajar en cómo nos estamos sintiendo y cuál es la actitud durante la mudanza para impactar de manera positiva en el resto de la familia.
Pasos antes y durante la mudanza
Lo primero que siempre tienes que recordar es que los niños pueden entender todo y también se dan cuenta de las situaciones y si nos son incluidos pueden sentirse menospreciados o no valorados. Por eso; es fundamental que se le explique con anterioridad el momento que viene y los pasos a seguir.
Conversa con ellos y explícales que es va a dejar de ver a sus vecinos actuales, pero que siempre podrán tener planes para organizarse y verse nuevamente. También, menciónale las razones por las cuales están realizando la mudanza.
Menciónale el proceso de mudanza como un nuevo cambio que se puede tomar como un juego. Invítalo a imaginarse cómo será su nuevo dormitorio. Es posible que al principio desee uno muy similar al que ya tiene, esto lo tienes que aceptar completamente y más adelante, si así lo desean, realizar algunos cambios.
No dejes de resaltar las bondades del nuevo hogar y evalúa cual es la actitud que estás tomando, si estás quejándote mucho o expresando miedo por el cambio, entonces es normal que el niño también comience a conectarse con esto. Por eso; realiza meditación y reflexiona en momentos privados, es un tiempo para acercarte a ti y entenderte, somos los adultos los que más influimos en los pequeños de la familia, por eso, el primer paso es que tú estés bien.
Controlar las emociones puede hacer que el pequeño se sienta furioso, por lo que deja un momento para que el niño se pueda expresar, pregúntale cómo se está sintiendo, qué quiere hacer antes de la mudanza e incluso pueden realizar un ritual muy sencillo para despedirse de ese espacio que los arropó.
Durante la mudanza, los niños se pueden incluir en el proceso, para esto, ellos pueden ayudar en la organización de sus cosas, guardarlas con mucha paciencia y detalle les entretendrá y les ayudará muchísimo, incluso emocionalmente.
Al llegar al nuevo domicilio y una vez terminado de descargar las cajas y muebles, entonces invita a los pequeños a realizar un paseo alrededor del nuevo lugar para que se familiarice e incluso conozca algunos vecinos.
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